El oídio causa estragos en las explotaciones vinícolas y de cereales. Para limitar la presión, es indispensable una gestión integrada de las plagas y alternar los tratamientos, a riesgo de ver muy afectada la calidad de los productos. La presencia del oídio varía de un año a otro, de una región a otra y de un cultivo a otro. A diferencia de otros hongos, como el mildiu o la podredumbre negra, el oídio no necesita lluvia para desarrollarse. Lo único que necesita es la humedad del aire (idealmente del 80%, pero puede sobrevivir incluso a…
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