-¿Por qué este encuentro internacional sobre la fitosanidad en el cultivo del tomate? España es uno de los principales productores de tomate, ocupando el 8º lugar a nivel mundial y el 2º en Europa. Y se trata de un cultivo que está sometido a un gran número de plagas, muchas de ellas de reciente introducción y otras que suponen nuevos riesgos de entrada. En este cultivo, la investigación, el desarrollo de estrategias fitosanitarias innovadoras y sostenibles, en donde adquieren una gran importancia las técnicas de control biológico y tecnológico de plagas, y la puesta en práctica de todas ellas por nuestro Sector Productor, son un modelo para otras zonas productoras del mundo, y es importante que se conozca el buen hacer de nuestros investigadores, técnicos y agricultores. Por otro lado, es importante tener información sobre las nuevas amenazas fitosanitarias a las que está sometido el tomate, de la mano de los mejores especialistas que están trabajando en ellas en otras partes del mundo. -¿Cuáles son los riesgos actuales que acechan a este cultivo? Tenemos problemas que se están potenciando con el incremento de temperaturas y ambientes más secos que estamos observando en los últimos años, y que está favoreciendo determinadas plagas, como los ácaros, en concreto Vasates en nuestra zona. Por otro lado, las excesivas limitaciones de materias activas que se están produciendo en Europa, a las que se añaden exigencias adicionales de algunas importantes cadenas de supermercados, está favoreciendo los problemas de resistencias. Así, el desarrollo de poblaciones de Tuta resistentes a diamidas está provocando algunos problemas con esta plaga en zonas donde ya estaban superados. -¿Y cuáles son las nuevas amenazas futuras? Además de los derivados del incremento de las temperaturas y esas excesivas limitaciones a los fitosanitarios, la introducción de nuevos patógenos es siempre un riesgo. Este es el caso del “Tomato brown rugose fruit virus”, un peligroso virus para las plantaciones de tomate, descrito hace muy pocos años, y cuya expansión por todo el mundo está siendo muy rápida. -En el primer bloque de este encuentro se analizaba el por qué se está complicando el control de Tuta Absoluta en tomate ¿Cuáles han sido las principales reflexiones en este sentido? A pesar del importante desarrollo de las estrategias biológicas, de la técnica de confusión sexual y de los insecticidas biológicos, en momentos clave y en determinadas situaciones, es necesario controlar la plaga con productos fitosanitarios, siendo las diamidas las que mejores resultados estaban ofreciendo, tanto por su eficacia como por su compatibilidad con los insectos beneficiosos. Sin embargo, las poblaciones de Tuta resistentes a estos productos se van extendiendo, generando fallos de control. -Otra de las temáticas de este simposium ha sido las plagas reemergentes que han cambiado su estatus ¿Cuáles han sido las claves en este sentido? Las más importante son las que ya hemos citado, Vasates y Tuta, favorecidos por cambios ambientales, limitación de fitosanitarios y problemas de resistencias a los productos fitosanitarios que van quedando. -En el terreno de virosis, otra de las temáticas ¿Cuál es la información más actual que se ha podido ver en el simposium? Junto a los virus con los que ya estamos conviviendo, y que siempre suponen un importante riesgo por las variaciones que se pueden producir, hemos tenido la oportunidad de conocer la nueva amenaza que se cierne sobre nuestras plantaciones de tomate, el virus rugoso de los frutos del tomate ToBRFV por parte del máximo especialista en estos momentos, el profesor Salvatore Walter, quien además detalló las medidas de prevención que deben adoptarse para minimizar su posible expansión. Otra plaga más distante pero también peligrosa, si consiguiera llegar a la cuenca mediterránea, es Bactericera cockerelli, de la que nos habló el Dr. Cesar, un especialista mejicano. -Uno de los temas que más preocupación causa a técnicos y productores es la utilización de fitosanitarios como herramientas clave en la gestión integrada de plagas ¿Qué se ha podido ver en este sentido en el simposium? Todos sabemos que en el pasado se ha abusado del uso de productos fitosanitarios, muchos de ellos muy peligrosos. A partir de los años 90 comienza a controlarse y profesionalizarse cada vez más su utilización, a eliminarse del mercado los más peligrosos y a incorporarse herramientas biológicas y tecnológicas. En la actualidad, en la Unión Europea, las plagas se manejan bajo estrategias de “Gestión Integrada de Plagas” que priorizan las medidas de prevención y la utilización de métodos biológicos y tecnológicos, recurriendo solo al uso de fitosanitarios cuando técnicamente se justifica y dentro de estrategias que limiten la posibilidad de que se generen resistencias. Hasta aquí todos de acuerdo. Sin embargo, hay situaciones para las que los productos fitosanitarios son fundamentales para garantizar unas producciones seguras y sostenibles. El problema es que se están restringiendo tanto las materias activas, a las que además se suman restricciones adicionales por parte de algunas cadenas de supermercados, que los productores se están quedando sin herramientas eficaces para resolver importantes problemas fitopatológicos. Todo esto pone en peligro la sostenibilidad de nuestros sistemas productivos, sin aportar nada en seguridad alimentaria a unas producciones extremadamente seguras y controladas como las que se producen actualmente en España. Al final, perdemos competitividad y los problemas en la producción se trasladarán al consumidor, con un importante incremento de precios y la importación de productos desde zonas mucho menos controladas y seguras. -¿Qué conclusiones o qué ideas clave podemos extraer de este simposium? 1º Que la agricultura, y muy especialmente el tomate, está sometida a una gran presión de plagas, que además van cambiando y adaptándose a los nuevos escenarios de cambio climático y globalización. 2º Que nuestros productores han ido adoptando de forma generalizada las estrategias de manejo de plagas más innovadores, con introducción de auxiliares para el control biológico de plagas, de métodos tecnológicos como la confusión sexual en Tuta y de un uso muy profesional y seguro de los productos fitosanitarios, convirtiéndose en un modelo a seguir en otras zonas de producción. 3º Que, a pesar de otras medidas para el manejo de plagas, los productos fitosanitarios son “y serán” herramientas básicas para obtener unas producciones seguras, competitivas y sostenibles, de lo que sin duda alguna nos beneficiamos todos los consumidores.